Joan Manén Planas nació el 14 de marzo de 1883 en el número 40 de la calle dels Mercaders de Barcelona. Sus padres fueron Juan Manén Abellán y María Planas Ribas. Fue el primero de dos hijos. El segundo, Ángel, también se dedicó a la música como fagotista de la Orquesta Pau Casals y de la Orquesta Municipal de Barcelona. El padre era gerente de una empresa de tejidos y en su tiempo libre se dedicaba a la música de forma amateur; tocaba el piano y componía algunas piezas de salón.
De pequeño Manén fue a la escuela tan sólo tres meses. Las primeras nociones de música las recibió de su padre quien le enseñó solfeo y piano antes de cumplir los cuatro años. A los cinco inició estudios de violín con Vicente Negrevernis y al cabo de pocos meses cambió de maestro. Desde aquella edad y hasta cumplir siete años tuvo dos profesores más de los que se desconocen sus nombres. De este periodo de enseñanza Manén no guardaba un buen recuerdo por los extravagantes procedimientos didácticos utilizados. Paralelamente continuaba estudiando piano y además el padre le introducía en la lectura a vista, especialmente de óperas, y en la realización de ejercicios de transposición. Enseguida desarrolló una gran facilidad para la lectura demostrando disponer de mucho talento, tanto en el violín como en el piano.
A los siete años Joan Manén comenzó a estudiar con Clemente Ibarguren, alumno de Delphin Alard y poseedor de una escuela elegante y fácil que sabía transmitir a sus alumnos. Fue a partir de entonces que sus progresos en el violín se acentuaron de tal manera que el padre decidió presentarlo en público. En verano de 1892 viajaron a Valencia para hacer sus primeras presentaciones. Los primeros conciertos tuvieron lugar en el Casino Nuevo de Castellón, donde se presentó como pianista y violinista con el nombre de "Juanito Manén". Pocos días después llevó a cuatro conciertos con gran éxito en el "Café de España" y el "Teatro Pizarro" de Valencia. Entre las piezas para violín que interpretó había Adiós a la Alhambra de Jesus de Monasterio, Air varié de Charles de Beriot, y Balade te Polonaise de Henri Vieuxtemps. Un extracto de prensa da fe del éxito obtenido: "En efecto, no deja de ser sorprendente a sus propios años, ver la soltura y el aplomo con que maneja el arco, la afinación y claridad del sonido y lo perfecto de su mecanismo, condiciones estas que, bien dirigidas, harán del artista niño un virtuoso" (El Mercantil, 7-7-1892, Teatro Pizarro).
A los nueve años inició estudios de armonía y composición con Frederic Balart y posteriormente los siguió con Joaquim Vehils. Según comenta Joan Manén en sus memorias (Mis experiencias vol. I), aquellas clases fueron inútiles ya que con ellas no consiguió asimilar ni amoldarse a unas reglas que le parecían frías e intransigentes. Durante aquella etapa ofreció algunos recitales benéficos en diferentes localidades catalanas, entre ellos uno en Sabadell, compartiendo escenario con su admiradísimo Francisco Tárrega.
En 1893, cumplidos los diez años, el padre decidió dejar su trabajo para dedicarse exclusivamente a su hijo. Desde ese instante se convirtió en su preceptor artístico, social y cultural, y le acompañó al piano en sus conciertos. Con determinación padre e hijo partieron hacia Madrid, para iniciar en firme una carrera musical, haciendo uso de algunas recomendaciones. En junio de 1893 consiguieron una audición para la Infanta Doña Isabel de Borbón y posteriormente para la Reina Mª Cristina. Durante aquellas veladas en el Palacio Real conocieron al violinista y director Enrique Fernández Arbós. La Reina le ofreció su protección, pero el padre declinó el ofrecimiento tomando la decisión de viajar a Lisboa. En la capital portuguesa, después de realizar una audición, consiguen hacer tres conciertos con bastante éxito. Agotadas las opciones de continuar tocando en Lisboa, emprenden un largo viaje hacia Buenos Aires, etapa inicial de un periplo que les llevaría a visitar numerosos países de aquel continente.
