Joan Manén
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Joan Manén c. 1898 / Autor: Atelier Victoria / © Joan Àngel Coll


Joan Manén c. 1899 / © Associació Joan Manén


Joan Manén c. 1903 / © Associació Joan Manén


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Berlín y la evolución del artista

(1898-1903)

A principios de 1898 Joan Manén y su padre llegaron a Berlín donde iniciaron una relación de amistad con Otto Goldschmidt y su esposa, la pianista Berta Marx-Goldschmidt. Otto Goldsmith, secretario personal del violinista Pablo Sarasate, estaba muy bien relacionado con el mundo musical berlinés y des del principio valoró muy positivamente el talento del joven violinista y decidió apoyarlo, haciéndole de consejero y ayudándole a desarrollar su carrera. Goldschmidt le preparó una audición para el famoso violinista navarro, y el joven Manén aprovechó la ocasión para interpretar los Zigeunerweisen del propio Sarasate. A pesar de tener la suerte de poder escuchar a Sarasate a menudo y de recibir sus consejos, la relación Manén-Sarasate fue siempre fría y seguramente condicionada por una cierta rivalidad entre ambos. Gracias a la relación con Goldschmidt, Manén convivió en un círculo musical de alto nivel intelectual y artístico que le enriqueció y le permitió crecer como músico: asistió a grandes conciertos donde pudo escuchar algunos de los mejores músicos del momento; realizó una audición para Herman Wolff, el principal representante de artistas de Berlín; conoció personalmente a grandes compositores e intérpretes como Max Bruch, Eugene D´Albert, Rosa Sucher, Leopold Auer, Teresa Carreño o Antonin Dvorak; e incluso Goldschmidt le presentó al editor Fritz Simrock el cual percibió el talento compositivo del joven músico y decidió editarle un buen número de obras para violín y piano. En 1898, gracias a la audición realizada por Herman Wolff, Manén actúa como solista en la Singakademie junto a la Orquesta Filarmónica de Berlín bajo la dirección de Josef Rebicek, interpretando su Concierto Español y dos de sus Caprichos. Antes de finalizar el año hizo su debut en París, en el Nouveau Théâtre, durante el Festival Beethoven y a continuación se presentó con la Filarmónica de Varsovia bajo la dirección de Emil Mlynarski. En enero de 1899 fue contratado para ofrecer quince recitales en Alemania y al mes siguiente sustituyó a Fritz Kreisler en Berlín. El 21 de marzo, en una velada privada, Manén tuvo el gran honor de poder tocar la Fantasía escocesa de Max Bruch acompañado al piano por el mismo compositor y durante el verano finalizó los Caprichos catalanes nº 3 y 4 así como diversas obras para violín y piano.

Manén inauguró el año 1900 con un recital en la Rokoko Saal del Hotel Disch de Colonia, acompañado al piano por el gran compositor alemán Richard Strauss. Durante su estancia en Barcelona, Manén dirigió por primera vez su Sinfonía Catalònia (Teatro Lírico, 20 de mayo de 1900), una obra ambiciosa en cuatro movimientos escrita durante el verano del año anterior y creada casi exclusivamente con temas populares catalanes. Posteriormente la sinfonía sería reelaborada y rebautizada con el nombre de Nova Catalònia.

A partir de entonces los conciertos en Alemania no fueron tan frecuentes y la situación económica de la familia se resintió. Entonces Manén decidió probar suerte componiendo una zarzuela que llevaría por título Lo suplici de Tántalo. En octubre de 1900 la zarzuela se representó en varias ocasiones en el Teatro Principal y la sardana (Coreijada) que contenía la zarzuela, obtuvo tal éxito que el compositor decidió transformarla posteriormente en una sardana, Patria para cobla. Un año después tuvo lugar la representación de una segunda zarzuela escrita por Manén, El elixir d´amore, también con un libreto adaptado por Antoni Ferrer Codina.

A principios de 1902, Manén comenzó a escribir la ópera Jeanne de Naples con libreto de su amigo, el poeta Maurice Chassang. Gracias a la intercesión del editor Vidal y Llimona la ópera fue estrenada el 22 de enero de 1903 en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona en italiano (Giovanna di Napoli) y dirigida por Edoardo Mascheroni. Gracias al éxito obtenido, el mismo teatro le encargó una nueva ópera para la próxima temporada. Para llevar a cabo el encargo sólo le pusieron una condición: que el libreto estuviera ambientado en la época romana, para así aprovechar unos costosos decorados de Francesc Soler Rovirosa que habían sido utilizados para una ópera de Anton Rubinstein. Manén empezaría entonces a trabajar intensamente y con gran ilusión en Acté, una ópera basada en un libreto en catalán escrito por el mismo compositor.

En marzo de 1903 Manén presentó su Cuarteto con piano "Mobilis in Mobili" en el concurso de composición de la Sociedad de conciertos de Madrid. La obra no fue ganadora, pero tuvo la oportunidad de ser estrenada por el Cuarteto de Madrid con gran éxito en el mismo concierto en que Manén interpretó como solista el Concierto nº2 de Paganini en una nueva orquestación escrita por él mismo. Aquel concierto tuvo lugar en el Teatro Real de Madrid y entre la audiencia se encontraba la gran pianista Teresa Carreño, una artista con la cual el violinista mantuvo una gran amistad y colaboró posteriormente como director de orquesta.

El 3 de diciembre de 1903 se estrenó en el Liceo la ópera Acté. Amadeo Vives y Joan Lamote de Grignon, en la Revista Musical Catalana, escribieron artículos apoyando al artista y a su obra, ante las críticas casi unánimemente negativas recibidas por parte de una sociedad barcelonesa de gusto italianizado que no estaba preparada para afrontar la novedad y originalidad de su lenguaje; un estilo que unía un trabajo armónico y de elaboración temática de influencia germánica con la inspiración y el temperamento mediterráneo.

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